2011 es el año donde los potosinos retoman su interés por la carrera espacial. Cabo Tuna fue uno de los primeros esfuerzos, aún antes de que existiera Cabo Cañaveral, por desarrollar cohetes que pudieran lograr una órbita espacial. Los lanzamientos experimentales, desarrollo de diseño y combustible fue gracias a un grupo de científicos potosinos de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
A decenas de distancia, jóvenes enstusiastas comienzan a retomar la idea de construir cohetes que puedan ser utilizados para medir diversas variables atmosféricas, desarrollar ingeniería en su diseño y fabricación.
Aunque la carrera espacial compete a otro nivel de desarrollo, ahora con al Agencia Espacial Mexicana, este iniciativa busca sembrar el interés de los jóvenes por disciplinas como la ingeniería, física, ambiental, diseño de materiales, combustibles e informática.
José Luis y Julio Gómez Ruigómez organizaron una tarde de lanzamiento de cohetes a base de aire y agua a principios de mayo. Este es un diseño de José Luis a base de botellas de PET de refresco reforzado y aletas. Mide poco más de 1 metro.
En la siguiente imagen, el cohete se encuentra listo en la plataforma de lanzamiento, también creada por José Luis. A través de una manguera se inyectará aire a presión con un compresor. Se esperaban hasta 80 metros de altura. El lanzamiento se encuentra registrado en video y lamentablemente no se obtuvo la altura deseada debido a que parte de la plataforma no resistió la presión.
Es importante mencionar que las pruebas experimentales son muy importantes para conocer lo que debe mejorarse en diseño, tanto del cohete, como de la plataforma, ya sea en diseño estructural o de materiales. El registro de este primer diseño será la base para el próximo lanzamiento.
Durante la sesión, se aprovechó para probar un dispositivo de manufactura del propio José Luis, que sirve para medir la fuerza de empuje de pequeños motores de prueba. El resultado de las pruebas se utiliza para conocer el peso, dimensiones y materiales con que se debe diseñar un cohete que sea impulsado por el motor probado. Este dispositivo consiste en un receptáculo para el motor en la parte superior, una serie de resortes calibrados, un motor que gira un cilindro con el papel de medición para la aguja que dibuja según la fuerza aplicada. Este tipo de tecnología casera no dista mucho mucho de dispositivos caros de fábrica y ofrece a los jóvenes una interesante oportunidad de aprendizaje, ya que requiere de toda su creatividad para proponer mejoras o diseños alternos.
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